El aprendizaje de los valores no se limita al aula: comienza en casa y se fortalece en la comunidad escolar. En el Colegio ODI, reconocemos que el trabajo conjunto entre familia y escuela es fundamental para formar niños y niñas responsables, conscientes de su entorno y capaces de tomar decisiones con autonomía.
Durante este mes de octubre, dedicado a la responsabilidad, queremos compartir algunas estrategias y reflexiones para que las familias acompañen a sus hijos en el desarrollo de este valor esencial.
La responsabilidad en el método constructivista
Desde el enfoque constructivista, la responsabilidad no se enseña como una norma impuesta, sino como un proceso que se vive a través de la experiencia. Los niños construyen su sentido de responsabilidad cuando:
- Participan activamente en su aprendizaje.
- Asumen las consecuencias de sus decisiones.
- Se les brinda confianza para explorar y equivocarse.
En ODI, fomentamos estos espacios de autonomía, donde cada estudiante aprende a ser responsable de su tiempo, su trabajo y su relación con los demás.

Pequeñas acciones que hacen grandes cambios
En casa, los padres pueden fortalecer este valor con acciones sencillas y cotidianas, como:
- Asignar pequeñas tareas domésticas acordes a su edad.
- Promover el cumplimiento de horarios y compromisos.
- Reconocer el esfuerzo más que el resultado.
- Enseñar que la responsabilidad también implica cuidar el entorno y ser empáticos con los demás.
De esta forma, los niños aprenden que ser responsables no es una obligación, sino una manera de vivir con respeto y compromiso hacia todo lo que los rodea.
Un valor que se vive en comunidad
En el Colegio ODI, las maestras guían este proceso con actividades creativas: elaboración de carteles, lecturas, reflexiones y participaciones durante los honores a la Bandera. Además, los trabajos de los alumnos se compartirán en el periódico mural, recordando a toda la comunidad educativa la importancia de actuar con responsabilidad.
Conclusión
La responsabilidad es el puente entre la libertad y el compromiso. Al practicarla día a día, los niños desarrollan seguridad, empatía y liderazgo.
En ODI, creemos que cada valor aprendido deja huella, y juntos —familia y escuela— podemos hacer de la responsabilidad una herramienta de vida.


